¿Qué haremos si algún día nos falta quien nos protege?, nada más acurrucarse en la cama, esperando sea un sueño, un sueño de niños y despertar acurrucada en los brazos fraternales que tranquilizan, recordando los momentos en que salías y no temías, pues estaba ahí.
Deseando decir todo lo que sientes te hundes en la plumas con intenciones de saber que está escuchandote y sonriendo dulce. Suplicando una nueva oportunidad que aprovechar, para decir cuanto amas, cuan feliz eres y cuan segura te sientes a su lado.
Y por fin comprendes que nunca más volverá y que perdiste el tiempo, cada hora, minuto y segundo apagados, y que no se repetirán. Quisiera poder haberle dicho lo importante que era para mi y no haber temido decirlo.
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